Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://teganqllk389979.blogaritma.com/36567351/el-momento-exacto-del-cabezazo-de-zidane